miércoles, 26 de marzo de 2008

Madrid

Voy cruzando pasillos repletos de gente de todas las nacionalidades hasta que llego a la estancia deseada.
Espero, demasiadas personas eligen el mismo lugar que yo.
Sigo esperando hasta que me siento en el banco de madera.
Recuerdo la última vez que vine, no era el mismo lugar, era otra estancia distinta, más luminosa diría yo, pero con la misma multitud de gente.
Y es que nunca me canso de volver a esos sitios que por una razón u otra tienen un significado especial para mí. Me prengunto porqué tengo la necesidad de buscarte y no encuentro la respuesta. Sólo siento algo especial.

Y siento que me observas, que me metes en la historia para participar activamente de ella. Soy yo la que está reflejada en el espejo, eso es lo que me quieres transmitir. Me integras, fusionando la realidad con la apariencia.
Y observo: la niña de gris y blanco la única superviviente de sus hermanos rodeada de otras dos niñas, las dos pendientes de la primera.
Pero no son las únicas que comparten espacio. Un mastín tumbado en el suelo está siendo golpeado por un niño además de una niña con hidrocefália que parece que siempre acompañe a la niña de los cabellos rubios.
Y no me hace falta fijarme mucho para comprobar que hay una viuda en segundo termino acompañada de un hombre que no consigo descifrar bien su cara ya que se encuentra en penumbra.
Y al fondo, subiendo las escaleras y abriendo una puerta -acción que me permite ver lo que está ocurriendo- un hombre de negro.
Y esta luz consigue que distinga copias de los cuadros Apolo y Pan; Minerva y Aracné.

Y hoy me he despertado. No es un sueño. He vuelto a Madrid. He recorrido la Gran Vía, visto la Puerta de Alcalá, tomado unas cervecitas en la Plaza Mayor, pisado el km 0 en la Puerta del Sol, fotografiado con los leones del Congreso, volteado la fuente Neptuno y la Cibeles, pasado por Atocha y recordado las víctimas de 11M, descansar en el Retiro, salir de fiesta por Malasaña, alguna que otra compra en Fuencarral, el picoteo por la Latina...Ahí está la Puerta de Alcalá¡
El Thyssen, el Caixa Forum, el Reina Sofía y como no el Prado.

Y volver a ver Las Meninas, visita obligada siempre que vuelvo porque tienen algo que no sabría explicar exactamente. Y pasear entre El jardin de las delicias, Las tres gracias, El caballero de la mano en el pecho, La rendición de Breda, El triunfo de la muerte, La maja vestida y La maja desnuda, La anunciación de Fra Angelico, La familia de Carlos IV, La Inmaculada de Murillo, El lavatorio, La adoración de los magos... y tantas y tantas otras.

Pero ya estoy de vuelta y ahora lo único que pienso es cuando volveré.


martes, 18 de marzo de 2008

Tu vocación

Nació un 8 de diciembre como John Lennon pero éste de 1980. Creció en Madrid pero yo le conocí en Ibiza en 2006. Y aunque nos llevamos unos pocos años desde el primer momento hubo una química que yo nunca había sentido.

Durante su infancia fue un chico normal, de barrio y amante del Atletico de Madrid. Pero ya desde pequeño sentía una conexión especial hacia la música. Alomejor algo tuvo que ver que naciera en los 80 y que su padre fuera un gran amante del Rock&Roll.

Ya en su adolescencia le encantaba leer biografías de los grandes del Rock y al mismo tiempo ensayaba en su casa con una guitarra que pasó directamente de las manos de su padre a las de él.

Creó un grupo y aunque sus compañeros de banda se dedicaban a la música sólo por hobby él quería poder comer de esto.

No entró en la universidad porque no había nada que le entusiasmara más que la música y junto con otro amigo que conoció en Londres iban haciendo bolos.

Cuando lo conocí un verano en Ibiza me impactó su forma de ver la vida. Yo estudiaba, tenía lo que quería y aún así no era totalmente feliz.
Él era la persona más feliz que yo había conocido. No dedicaba todo su tiempo a la música porque él también necesitaba comer y mantener un piso. Tuvo todos los trabajos que os podéís imaginar: repartidor, camarero... y siempre llevaba su guitarra a cuestas. Ése era su equipaje.

Cuando empieza a tocar se te ponen los pelos de punta, y cuando hablo con él me doy cuenta que es la persona más interesante que he conocido en mi vida. Me ha enseñado muchísimas cosas. Entre otras que no es necesario ir a la universidad para saber más que otros. Él sabe de historia, de política... y sobre todo de la vida.

Muchos pueden pensar que no ha tenido suerte pero yo le envidio.
Yo voy a la universidad todos los dias, vivo con mis padres, tengo mis amigos con los que quedo todos los fines de semana para compartir nuestro tiempo libre... Pero yo me levanto pensado siempre que vuelvo a la rutina de todos los días.
Él se levanta feliz, sabiendo que cada día es diferente y quién sabe con cuantas propinas vuelva a casa. Una casa que comparte con su amigo de Londres y mantienen gracias a los trabajos temporales a los que se dedican, además de las distintas propinas que puedan ganar en la calle con su música o en algun local donde les dejan hacer unos pocos bolos.

Nunca sabes dónde va a estar, alomejor se vuelve a Londres como que lo encuentras en Madrid, Sevilla, Barcelona...
Lo que sí sé es que anoche vino de fiesta conmigo y acabamos a las 8.00 de la mañana tomando un chocolate con churros. Sólo celebramos su visita, no hablamos de nada de nuestra vida, no hacia falta.
En un banco del parque con nuestro vaso de plástico con el chocolate caliente y una bolsa con media docena de churros. Tú con tu típica barba de tres, cuatro o cinco días y yo con los ojos morados de no dormir estos últimos días.

Y es que aunque distinta de la primera vez que nos vimos: en este caso lo que tomábamos eran unos cócteles, tú no tenías barba pero sí el pelo más largo y yo estaba más morena, no estábamos en un parque sino en una playa y no había amanecido sino más bien estaba atardeciendo, además de no estar fumando unos cigarros sino unos porros. Y lo más distinto es que tú no llevabas tu guitarra.

Hoy me tendré que despedir de ti y el problema es cuándo nos volveremos a ver. Hemos dormido poco porque queríamos aprovechar estas horas que teníamos, no hemos hablado de cosas trascendentales porque hay muchas cosas de las que hablar y no tenemos tiempo suficiente, pero sigues enseñándome cosas. Esas cosas que me hacen pensar que gracias a mi viaje a Ibiza conocí a una persona que es digan de admirar.
Y sabes que no admiro a nadie, así que eres afortunado o más bien lo soy yo por haberte conocido.

Es imposible resumir en una entrada de blog toda tu vida y lo que has significado para mí. Pero sé que no necesito desearte suerte porque ya la tienes, porque cada vez que tocas a la gente le haces llorar, reír, reflexionar... Porque no necesitas entrar en un OT, porque eres un cantante de minorías y eso te gusta, no eres un músico frustrado, eres un músico en toda regla. Y anoche me diste una sorpresa y seguro que no será la última.

Y hoy no hay sitio para foto ni para canción porque él lo llena todo.

domingo, 16 de marzo de 2008

¿Resaca?

Me despierto con la misma ropa de anoche, tapada con una manta y con un dolor de cabeza enorme. Abro los ojos, entra demasiada luz y es que estoy en el salón, al lado del balcón y en un sofá cama compartido con otras dos personas.
No necesito un esfuerzo sobrenatural para llegar a una conclusión: después de la fiesta, el piso de un amigo recibía cinco inquilinos más. Y a mí me tocaba el sofá cama.

Acostumbrándome cada vez más al Sol, miro el reloj: 14.23. Voy pensando que tengo que ir a por el coche y volver a casa. Se me hace un mundo. No me apetece levantarme y mucho menos conducir, no tengo las fuerzas suficientes.

Ya con un pie en el suelo, mi siguiente problema es encontrar los zapatos. Cuando noto el frio, trago saliva y me doy cuenta que mi garganta sufre las consecuencias de la fiesta.

Me pongo los zapatos y voy directa a la cocina, necesito un vaso de agua y luego otro y así hasta tres. Y no os imagináis cuánto me costó beberme estos 3 vasos de agua.

Y ahora la siguiente dirección es el baño. Nada más entrar veo mi imagen reflejada en el espejo. La sombra de ojos, o mejor dicho lo que queda de ella, deja espacio para mis ojeras. Ya de normal tengo ojeras, así que los días siguientes a la fiesta éstas se acentúan y no puedo ir a ningún lado sin mis gafas de sol. El antiojeras no me sirve en casos extremos.

Así que después de lavarme la cara y demás, voy en busca de mi bolso. Sí ese elemento indispensable donde llevo de todo especialmente los fines de semana. Me paso un buen rato buscándolo, sin él no puedo ir a ningún sitio: las llaves del coche y mis gafas son imprescindibles.
Consigo encontrarlo y después de asegurarme que lo llevo todo encima me dirijo a la cocina y dejo un mensaje en forma de post-it: "Esta tarde nos vemos o por lo menos lo intento".

Abro la puerta, cojo el ascensor, salgo a la calle ya con mis gafas puestas y busco un cigarro, el problema es que no quedan...
Y por un momento me paro a pensar dónde está mi coche. Muy bien, por mucho que intente recordarlo no me acuerdo.
Llamo a una amiga, a ver si tengo suerte y ya se ha despertado. Cuelgo y me espero sentada en el escalón del portal a que aparezca.

Oigo unos pitidos, abro los ojos y ahí está. Subo al coche y ni nos dirigimos la palabra, no hay nada interesante que decir. Sólo hay una despedida cuando llego a mi casa. Le digo que ya le llamaré esta tarde.

Son las 15.15, mi família ha empezado a comer pero yo no puedo comer nada les digo que me voy a la cama, y mientras me voy alejando oigo alguna que otra crítica. Menos mal que no me he quitado las gafas, seguro que seguirían hablando de mí todavía.
Decido pegarme una ducha, ponerme el pijama y empezar a dormir un rato.

Noto como si alguien hubiera entrado en la habitación: es mi hermana. Me trae un botella de agua y un analgésico. Sale de la habitación, yo me incorporo y me tomo la pastilla y otra vez vuelvo a acurrucarme entre las sábanas.

Desgraciadamente esto no dura mucho tiempo, el móvil suena: un mensaje. Se nota que algunos aún tienen fuerzas para quedar esta tarde, cenar y continuar la fiesta esta noche. Mañana no tenemos responsabilidades y eso se nota.

Me levanto, voy a coger algo de comida y me preparo un antiinflamatorio, de esos que te dejan como nueva. Hoy lo necesito más que nunca.
Y mientras tanto me siento en el escritorio abro el portátil y me pongo a escribir la siguiente entrada de mi blog...


domingo, 9 de marzo de 2008

Y el ganador es...

El rostro de un candidato político en una valla publicitaria

Ahí está:
No demasiadas resacas
No demasiadas peleas con mujeres
No demasiados neumáticos desinflados
Nunca pensó en el suicidio

No más de tres dolores de muelas
Nunca se saltó una comida
Nunca estuvo encarcelado
Nunca estuvo enamorado

7 pares de zapatos

un hijo en la universidad
un coche que no tiene más que un año
pólizas de seguros
un césped muy verde
cubos de basura con tapa hermética

seguro que le eligen.

(Charles Bukowski)



Hoy he ejercido el derecho a voto que tenemos todos los españoles.
Después de ver cómo se peleaban éstos 2 fariseos (entiéndase Zapatero y Rajoy) debo confesar que el juego político me desencanta porque la verdad es que no creo en una persona que su mayor deseo sea gobernar un país, creo que existe demasiado ego en él para ser natural.

Así que lo único que me queda, es esperar haber quien es el afortunado que gobierne nuestro país en los próximos 4 años.

http://www.youtube.com/watch?v=q9LRSlbE7lY

martes, 4 de marzo de 2008

¿Día especial?

Despertarte con el mismo sonido que todos los día, saber que estás en la misma cama, en la misma habitación, con los mismos muebles... pero saber que hoy va a ser diferente. Por una extraña razón que no sabes explicar, pero que cuando llega el final del día entiendes ese sentimiento que con los ojos cerrados y antes de pegarte una ducha has sentido.
Abrir la puerta del cuarto de baño y notar ese olor a café que aunque diariamente impregna tu casa, hoy llega mucho más fuerte.

Tomarte el café con leche, el primero porque luego vendrán más y volver al cuarto de baño para poner un poco de colorete a tus mejillas para disimular la palidez de tu cara en invierno, además del antiojeras imprescindible para aquellas personas que dormir no es lo suyo, que tienen miedo a que pase el tiempo demasiado deprisa.

Coger el coche y acercarte al corazón de la ciudad, tener que hacer la primera cola del día en una comisaria para "renovarte" y saber que tu turno empezará dentro de unas horas.

Así que, ahora toca empezar a utilizar las piernas, pasear viendo el ajetreo de hombres trajeados, estudiantes universitarios, otros con uniforme... y observarlos sin que se den cuenta. Cada uno con sus cosas, con un destino diferente: su puesto de trabajo, el colegio, la universidad...

Y comprobar que hay otros que han pasado la noche al aire libre, encima de unos cartones y unos de ellos es el que se te acerca cuando te estás tomando tu segundo café y te pide un cigarro. Abres la cajetilla y es el último, pero qué importa, te tienes que comprar otro paquete, así que se lo das y le regalas una de tus mejores sonrisas.

Y parece que mientras lees el periódico hay más gente que busca un sitio en la barra, dos mujeres que están hablando de sus hijos y se quieren sentar juntas pero lo tienen un poco complicado. A estas horas de la mañana los cafés están muy solicitados.
Así que dejas de leer la noticia sobre el debate de anoche y les dices que les dejas un hueco. No te importa moverte, las conversaciones sobre hijos suelen ser interesantes...

Te acabas el café y ahora sigues paseando pero ahora acompañada, estos paseos son distintos no prestas atención a lo que ocurre a tu alrededor, sólo la conversación. Y te das cuenta que la vida es complicada.

Ahora ya toca volver a ver a mis amigos los polis, y por el camino una mujer va dejando su huellas: una bufanda. Y vuelvo a regalar otra de mis mejores sonrisas a la mujer que parece que le he devuelto una pulsera de diamantes y no una bufanda de algodón (posiblemente regalada por alguien especial).

Y otra vez a hacer cola, y vuelvo a cruzarme con las mismas personas, en especial con un chico que ya me había llamado la atención pero ahora me doy cuenta que está leyendo la misma columna que he leído esta mañana tomándome mi segundo café. Y me parece un tipo majo. No me preguntéis porqué, es esa primera o mejor dicho, segunda impresión que te llevas sin cruzar ni siquiera una palabra. Sólo lo oyes hablar con las abuelitas que dan conversación a todo áquel que les da un mínimo de coba.

Y ya te has "renovado" y vuelves a coger el coche y vuelves a casa y tienes una nota que te dice que tienes que comprar tal y cual, bueno ya era hora de que hablara con las mujeres del barrio.

Luego no hay que olvidar el café de por la tarde, hoy parece que van pocos, y vemos al argentino perseguidor que nos ha invitado con la condición de que vayamos más a menudo.

Ahora ... película, y creo que hoy me toca repetir con una que me encantó...



Sé que te sientes tan solo que te duele
sé que no te gusta la gente
sé que tomas demasiados cafés
sé que piensas que la vida está pasando a tu lado y no sabes exactamente cómo
y sé que te has obligado a no pensar en mí, porque es rídiculo fantasear sobre alguien que has visto apenas dos veces.


Posiblemente no ha sido un día realmente especial, pero me conformo con poco, necesita acabar con la rutina de todos los días: ir a clase, dejar el coche en el mismo sitio, las mismas clases de los martes...
Algunos lo llamáis incorformismo, otros aburrimiento. Yo simplemente pienso que la rutina llega a "quemarte". Y hoy me he sentido mejor. Alomejor haber regalado mis sonrisas a gente distinta: el vagabundo, la mujer de la bufanda, las abuelitas de la comisaría, las mujeres que te agradecen el sitio que les has dejado en la cafetería, la camarera que te prepara el café (no era la camarera de la universidad) y luego te enciende la máquina...
Haberme cruzado con gente que de normal no veo creo que me ha recargado un poco las pilas. No sé hasta cuando durará pero mañana la rutina vuelve a empezar...
De todas maneras el día no ha terminado, me queda la película que pienso que es una buena forma de acabar la jornada. Y seguro que me recarga las pilas mucho más.
Mañana os toca aguantarme un rato.
Y prometo regalar mis mejores sonrisas.

domingo, 2 de marzo de 2008

Él

Es músico de guardia desde la cuna a la luna, prefiere la seguridad que da lo incierto y te espera en el momento en que la pluma conoce al papel porque aunque todo lo suyo sea personal e intransferible en el momento en el que sus frases se desnudan se hace socio del viento y yo misma le auguró que cada vez más, todo le irá bien. Porque quiere vivir en libertad y rodar películas sin polis.
Pero también le puedes llamar Kid, fue campeón del Bronx pero ahora vive en Madrid.

Y desde que lo conocí nuestras vidas quedaron cruzadas y vienen persiguiéndome. Y ahora me he dado cuenta que me agarraste por dentro, fuerte y me llevas del brazo.

Así que por eso y mucho más me gustaría en las Calles de Madrid, desde las Ventas a Chamberí fumando a medias en un coche para ir al extrarradio cantando como no, una de Joaquin. Pero la verdad sólo me conformo con escucharte y saber que cada palabra o mejor dicho cada compás que escucho es especial, porque hasta los silencios en tus "poemas" son los que me hacen creer que hay muy buena música nacional.

Soy el pequeño Rock&Roll que nunca quiso ser de nadie pero tú como te he dicho me agarraste por dentro...

Así que de una vez dime donde están las gafas de Mike. Y te aseguro que me atrevería a cambiar todo por lo que tú me puedes dar, porque yo no olvido mis buenos tiempos con tus letras, se quedan siempre dentro.
Y es verdad que hay veces que tengo ganas de romper con todo, estos momentos son de esos en los que me apetece cambiarlo todo y empezar de cero, lo necesito y posiblemente la música y en especial la tuya me evade por completo. Así que gracias por tus trucos fáciles para estos días duros.
Es verdad, acertaste, muchas veces me quedo quieta, parada, sin rumbo. Porque tiendo a pensar que todo está bien o eso es lo que necesito pensar, pero sí sé que todo está fuera de la situación, en una nube. Y me tengo que decidir ya.
Entonces, ¿cómo voy a olvidar todo lo que haces por mí? porque los artistas, la gente como tú que hace arte llegan a ser un elemento más en la vida de las personas, un elemento indispensable que transmite emociones, sentimientos...
Vamos que tu acaricias cicatrices con un tacto de puta de lujo, las camareras sueñan con llenar los cines, los chicos de tu barrio con poner un turbo. Yo tengo muchos sueños y posiblemente el hecho de saber que no se van a cumplir... Tengo mi cajita de música y como no, estás tú ahí, eso me ayuda.

No se si yo tengo ira y si es así :¿Dónde la podemos soltar?. La verdad es que la casa está vacía.
La vida te lleva por caminos raros por la esquina mas perdida de los mapas por canciones que tú nunca has cantado.La vida se acerca con los labios pintados te elige siempre y se larga con otros y así vamos siempre dando vueltas.

Así que espero que nunca renuncies a mí y tenga que salir con el bolso lleno de pequeñas monedas y grandes mentiras.

Me muevo con el Rock & Roll, por eso no te voy a mentir: necesito un minuto contigo y un finde entero sin dormir.
Puedo asegurar que mañana la chica del roc&roll seguirá ahí. Lady Drama nunca retrocederá.

Seguiré aparcada en tu doble fila.

400 gramos de avería y redención.



Se escucha: Músico de guardia. Del gran Q.G (adivinarlo vosotros mismos)

http://www.youtube.com/watch?v=89yxNlotB10