domingo, 16 de marzo de 2008

¿Resaca?

Me despierto con la misma ropa de anoche, tapada con una manta y con un dolor de cabeza enorme. Abro los ojos, entra demasiada luz y es que estoy en el salón, al lado del balcón y en un sofá cama compartido con otras dos personas.
No necesito un esfuerzo sobrenatural para llegar a una conclusión: después de la fiesta, el piso de un amigo recibía cinco inquilinos más. Y a mí me tocaba el sofá cama.

Acostumbrándome cada vez más al Sol, miro el reloj: 14.23. Voy pensando que tengo que ir a por el coche y volver a casa. Se me hace un mundo. No me apetece levantarme y mucho menos conducir, no tengo las fuerzas suficientes.

Ya con un pie en el suelo, mi siguiente problema es encontrar los zapatos. Cuando noto el frio, trago saliva y me doy cuenta que mi garganta sufre las consecuencias de la fiesta.

Me pongo los zapatos y voy directa a la cocina, necesito un vaso de agua y luego otro y así hasta tres. Y no os imagináis cuánto me costó beberme estos 3 vasos de agua.

Y ahora la siguiente dirección es el baño. Nada más entrar veo mi imagen reflejada en el espejo. La sombra de ojos, o mejor dicho lo que queda de ella, deja espacio para mis ojeras. Ya de normal tengo ojeras, así que los días siguientes a la fiesta éstas se acentúan y no puedo ir a ningún lado sin mis gafas de sol. El antiojeras no me sirve en casos extremos.

Así que después de lavarme la cara y demás, voy en busca de mi bolso. Sí ese elemento indispensable donde llevo de todo especialmente los fines de semana. Me paso un buen rato buscándolo, sin él no puedo ir a ningún sitio: las llaves del coche y mis gafas son imprescindibles.
Consigo encontrarlo y después de asegurarme que lo llevo todo encima me dirijo a la cocina y dejo un mensaje en forma de post-it: "Esta tarde nos vemos o por lo menos lo intento".

Abro la puerta, cojo el ascensor, salgo a la calle ya con mis gafas puestas y busco un cigarro, el problema es que no quedan...
Y por un momento me paro a pensar dónde está mi coche. Muy bien, por mucho que intente recordarlo no me acuerdo.
Llamo a una amiga, a ver si tengo suerte y ya se ha despertado. Cuelgo y me espero sentada en el escalón del portal a que aparezca.

Oigo unos pitidos, abro los ojos y ahí está. Subo al coche y ni nos dirigimos la palabra, no hay nada interesante que decir. Sólo hay una despedida cuando llego a mi casa. Le digo que ya le llamaré esta tarde.

Son las 15.15, mi família ha empezado a comer pero yo no puedo comer nada les digo que me voy a la cama, y mientras me voy alejando oigo alguna que otra crítica. Menos mal que no me he quitado las gafas, seguro que seguirían hablando de mí todavía.
Decido pegarme una ducha, ponerme el pijama y empezar a dormir un rato.

Noto como si alguien hubiera entrado en la habitación: es mi hermana. Me trae un botella de agua y un analgésico. Sale de la habitación, yo me incorporo y me tomo la pastilla y otra vez vuelvo a acurrucarme entre las sábanas.

Desgraciadamente esto no dura mucho tiempo, el móvil suena: un mensaje. Se nota que algunos aún tienen fuerzas para quedar esta tarde, cenar y continuar la fiesta esta noche. Mañana no tenemos responsabilidades y eso se nota.

Me levanto, voy a coger algo de comida y me preparo un antiinflamatorio, de esos que te dejan como nueva. Hoy lo necesito más que nunca.
Y mientras tanto me siento en el escritorio abro el portátil y me pongo a escribir la siguiente entrada de mi blog...


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y después de tanto tiemp sin vernos...como acabamos¡
Y esta noxe... más xq mejor creo q va a se difícil.

Kelly dijo...

Pobre. Esos días se pasan como si no existieran o como si los soñaras entre cabezadas. El agua te da nauseas pero tienes una sed terrible. Vaya si te entiendo. Yo la última vez sufrí el castigo divino de ir en el metro y que entrara el tipo del acordeón a ganarse el pan. Hubiera pagado lo que hubiera sido porque no hubiera elegido mi vagón...

Jero Moreno dijo...

Creo que todos los que te leemos conocemos perfectamente de lo que hablas... Y, en mi caso, aunque no tan bestial, sentí algo parecido el sábado... Es lo que tiene quince horas de fiesta ininterrumpidas.

Un beso!

Anónimo dijo...

Colega,¿Dónde está mi coxe?
Y llevamos unos días sin parar... y seguimos¡¡
Es lo q tiene star de vacaciones ¿no?

Ada Gavner dijo...

Y yo perdiéndome semejante farra, dejadme algo para el finde!

Bajo las estrellas... dijo...

Y seguimos...