martes, 4 de marzo de 2008

¿Día especial?

Despertarte con el mismo sonido que todos los día, saber que estás en la misma cama, en la misma habitación, con los mismos muebles... pero saber que hoy va a ser diferente. Por una extraña razón que no sabes explicar, pero que cuando llega el final del día entiendes ese sentimiento que con los ojos cerrados y antes de pegarte una ducha has sentido.
Abrir la puerta del cuarto de baño y notar ese olor a café que aunque diariamente impregna tu casa, hoy llega mucho más fuerte.

Tomarte el café con leche, el primero porque luego vendrán más y volver al cuarto de baño para poner un poco de colorete a tus mejillas para disimular la palidez de tu cara en invierno, además del antiojeras imprescindible para aquellas personas que dormir no es lo suyo, que tienen miedo a que pase el tiempo demasiado deprisa.

Coger el coche y acercarte al corazón de la ciudad, tener que hacer la primera cola del día en una comisaria para "renovarte" y saber que tu turno empezará dentro de unas horas.

Así que, ahora toca empezar a utilizar las piernas, pasear viendo el ajetreo de hombres trajeados, estudiantes universitarios, otros con uniforme... y observarlos sin que se den cuenta. Cada uno con sus cosas, con un destino diferente: su puesto de trabajo, el colegio, la universidad...

Y comprobar que hay otros que han pasado la noche al aire libre, encima de unos cartones y unos de ellos es el que se te acerca cuando te estás tomando tu segundo café y te pide un cigarro. Abres la cajetilla y es el último, pero qué importa, te tienes que comprar otro paquete, así que se lo das y le regalas una de tus mejores sonrisas.

Y parece que mientras lees el periódico hay más gente que busca un sitio en la barra, dos mujeres que están hablando de sus hijos y se quieren sentar juntas pero lo tienen un poco complicado. A estas horas de la mañana los cafés están muy solicitados.
Así que dejas de leer la noticia sobre el debate de anoche y les dices que les dejas un hueco. No te importa moverte, las conversaciones sobre hijos suelen ser interesantes...

Te acabas el café y ahora sigues paseando pero ahora acompañada, estos paseos son distintos no prestas atención a lo que ocurre a tu alrededor, sólo la conversación. Y te das cuenta que la vida es complicada.

Ahora ya toca volver a ver a mis amigos los polis, y por el camino una mujer va dejando su huellas: una bufanda. Y vuelvo a regalar otra de mis mejores sonrisas a la mujer que parece que le he devuelto una pulsera de diamantes y no una bufanda de algodón (posiblemente regalada por alguien especial).

Y otra vez a hacer cola, y vuelvo a cruzarme con las mismas personas, en especial con un chico que ya me había llamado la atención pero ahora me doy cuenta que está leyendo la misma columna que he leído esta mañana tomándome mi segundo café. Y me parece un tipo majo. No me preguntéis porqué, es esa primera o mejor dicho, segunda impresión que te llevas sin cruzar ni siquiera una palabra. Sólo lo oyes hablar con las abuelitas que dan conversación a todo áquel que les da un mínimo de coba.

Y ya te has "renovado" y vuelves a coger el coche y vuelves a casa y tienes una nota que te dice que tienes que comprar tal y cual, bueno ya era hora de que hablara con las mujeres del barrio.

Luego no hay que olvidar el café de por la tarde, hoy parece que van pocos, y vemos al argentino perseguidor que nos ha invitado con la condición de que vayamos más a menudo.

Ahora ... película, y creo que hoy me toca repetir con una que me encantó...



Sé que te sientes tan solo que te duele
sé que no te gusta la gente
sé que tomas demasiados cafés
sé que piensas que la vida está pasando a tu lado y no sabes exactamente cómo
y sé que te has obligado a no pensar en mí, porque es rídiculo fantasear sobre alguien que has visto apenas dos veces.


Posiblemente no ha sido un día realmente especial, pero me conformo con poco, necesita acabar con la rutina de todos los días: ir a clase, dejar el coche en el mismo sitio, las mismas clases de los martes...
Algunos lo llamáis incorformismo, otros aburrimiento. Yo simplemente pienso que la rutina llega a "quemarte". Y hoy me he sentido mejor. Alomejor haber regalado mis sonrisas a gente distinta: el vagabundo, la mujer de la bufanda, las abuelitas de la comisaría, las mujeres que te agradecen el sitio que les has dejado en la cafetería, la camarera que te prepara el café (no era la camarera de la universidad) y luego te enciende la máquina...
Haberme cruzado con gente que de normal no veo creo que me ha recargado un poco las pilas. No sé hasta cuando durará pero mañana la rutina vuelve a empezar...
De todas maneras el día no ha terminado, me queda la película que pienso que es una buena forma de acabar la jornada. Y seguro que me recarga las pilas mucho más.
Mañana os toca aguantarme un rato.
Y prometo regalar mis mejores sonrisas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre das tus mejores sonrisas aunque stés triste y eso siempre nos ayuda a los demás.
Me voy a currar, sigue sperando a q pases a verme.

Anónimo dijo...

Ultimamente stás muy enamoradiza, no?
Y hoy sí que ha sido un día special xa mi, gracias¡ Me he partido cn vuestrs imitaciones¡
Y la peli... ya sabes, una de mis favoritas¡
Sta noxe...FIESTA¡¡¡ Ya me toca, q stos jueves me sty perdiendo tds las borraxeras¡

Chicapotingues dijo...

Jo, no se quien eres... Hay que poner más datos en el perfil! Porque luego quedamos mal los que no te conocemos... jajaja Dimelo

Anónimo dijo...

Has dejado la rutina. Ya no te veo actualizar ¿La vida del universitario es jodida? jejeje. Venga wapa a ver si te veo pronto¡